25 jun 2012

Retrato de un intelectual


Al leer las transformaciones de Augusto Comte, con seguridad se puede hacer un perfil intelectual de él y este se podría utilizar incluso para hacer una regla que serviría de parodia para tantos intelectuales.

Para iniciar al intelectual positivista el tema del estilo en la escritura de lo científico se encontraba en un segundo plano, pues el fin tan solo es el resultado de la investigación, sin tener en cuenta lo vital que resulta tener la fuerza del convencimiento logrado por el correcto y agradable ligazón con lo lingüístico. Su argumento se nutre de la falta de necesidad del elemento retorico en los texto, tanto que dice que para lograr de mejor forma su propósito en su trabajo científico se tenía que emular el estilo de los naturalistas propios de su época. Esto lo llevo a la configuración de un rígido sistema de escritura con el cual anulo todo peligro de contaminación con la  retorica y el estilo literario en un texto científico.

Continuando con las características de este intelectual, no se puede obviar una de las más notorias y por ende más determinantes, de trata de lo que los ciudadanos del común llamamos ego. Este personaje tiene tanta confianza en sí mismo, esta tan seguro de su éxito que la humildad y la modestia no son características que se puedan apreciar en el. Pero su monumental ego contrasta con su éxito en la vida real, que si bien no careció de reconocimiento tampoco gozo de un estatus que fuera similar a sus pretensiones.
Muy ligado con su ego, este intelectual al igual que muchos otros es jurado dominador y continuador del legado de algún otro autor, en este caso de René Descartes, esto hace que al escribir llegue al punto de calificar su obra como un clásico en su materia cuando tan sola es una sola publicación y es posiblemente la primera, todo esto denota sus tendencias mesiánicas las cuales se manifestaran cuando al crear un escuela filosófica termina creando una iglesia.

 Pero su particularidad no solo es evidente en su vida académica, esta se hace presente en facetas algo más personales (el siempre se esforzó por separar lo personal de lo intelectual, cosa que cambiaria al final de su vida). Comte configura una intricada rutina para el desarrollo de su vida donde su fin es lograr tener una higiene y dieta impecable que lo direccione hacia una vida saludable, dejando de lado todo “vicio” o placer mundano, al hacerlo logra tener una vida de “sabio”, vida que se completa con la lectura recurrente de los mismo autores y que cuida al no leer prensa para de esa forma tener un “higiene mental”.

Sus hábitos y posturas académicas lo llevaron a creer que sin duda era un ser de superior inteligencia y en algún punto llego a sentirse incomprendido por su época pues no logra sus propósitos pese a tener todo un plan diseñado que cubre todos los flancos. Su insatisfacción con su entorno lo lleva a que evite a su sociedad, sin que ello signifique algún tipo de ostracismo o tendencia ermitaña, pues asiste a los actos culturales y académicos que le merecen importancia. Si bien disfruta de la opera y de algunos poetas, Comte manifiesta su desprecio por los literatos que con diferentes artilugios convencen al grueso de las personas y considera que el arte es digno de disfrute pero no le resulta valioso para la cognición.

Y como todo en la vida de una persona va ligado a muchas variantes cabe mencionar que cada ser humano tiene dos dimensiones, la profesional y la personal, esta última la asocio con sus relaciones interpersonales o relaciones erótico afectivas. En este campo Comte no es más o menos desafortunado que el grueso de la humanidad, sostiene encuentros esporádicos con prostitutas y llega a contraer matrimonio con una de ellas. Como es evidente en su carácter y en su obra la inestabilidad “amorosa” lo somete a un fuerte estrés y lo limita en lo que es fundamental para él, su trabajo académico. Fruto de eso su mente y cuerpo se concentra en su trabajo lo que lo hace muy productivo pero a su vez supremamente estéril.  A esto se le puede sumar que es un personaje misógino. Pero todo esto cambia de repente cuando Comte conoce a Clotilde, esta le demuestra que no existe limitación alguna por ser mujer y lo lleva a replantear su postura sobre las artes y la literatura. Sin llegar a consumar una relación afectiva con Clotilde, Comte ve revitalizada su obra y llega a parafrasear que “Todas las grandes ideas salen del corazón”, lo que lo lleva a concluir que el sentimiento tiene la misma importancia que el intelecto. Podríamos de forma arbitraria y algo atrevida decir que Comte ha experimentado lo que significa vivir y que por medio del paso del tiempo y por tanto de experiencias las personas son capaces de cambiar de lentes a la hora de mirar el mundo que los rodea e incluso su forma de relacionarse con el mismo, lo que en Comte significa hacerse receptivo a la crítica. 

Finalizando este pequeño perfil intelectual de Augusto Comte no se puede olvidar lo importante que resultan sus ideas para la “derecha” francesa, lo que nos recuerda que lo que hacemos y producimos en especial en el marco del pensamiento la filosófico servirá para la configuración incluso de proyectos de sociedad y de musculo para agrupaciones políticas con determinados intereses.


Andrés Rojas
Marzo2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario