4 oct 2010

Una corta visita, una corta crítica.


Actualmente el Museo Nacional es una Unidad Administrativa Especial del Ministerio de Cultura que se establece como referente de la historia y la cultura colombiana, dentro de su misión se encuentra el salvaguardar el patrimonio histórico y cultural con que cuenta el Estado colombiano, y a través de este, narrar los procesos históricos del país de forma tal que la población colombiana se sienta plenamente identificada con ella. Frente a este punto no podemos sentirnos identificados, debido a que la narración histórica que ofrece el Museo Nacional no nos representa, pues no encabezamos un ejército y mucho menos somos presidentes, somos ciudadanos: periodistas, campesinos, obreros, mujeres, niños, estudiantes, indígenas, afrocolombianos, que no estamos en esa narración, ni en retratos, ni en textos y sobre nosotros es que se puede hablar de una nación colombiana, la hacen nuestras luchas, tristezas y alegrías.

En nuestra última visita al museo nacional recorrimos las salas donde se exponen siglos XIX y XX. Empecemos hablando del siglo XIX en el que podemos apreciar los retratos de los próceres de la independencia, una vez más, exaltando su eventual grandeza,(como es el caso de Bolívar que es tomado como símbolo de unión y libertad por los colombianos en eventuales rechazo a gobiernos como el de Rafael Reyes o el caso del robo de la espada de Simón Bolívar por el M-19) y una leve mención de algunos héroes sin retrato, que seguramente fueron muchos más; encontramos, además, muchas representaciones de la guerra de independencia, enfocada en la Batalla sobre el puente de Boyacá, habiendo tras ella muchas batallas no expuestas y si muy importantes, como la de Ayacucho, Junín, Bárbula, Pantano de Vargas, la Batalla de Gámeza y muchas otras, en las que murieron muchas personas que tenían su propia historia; encontramos películas, telenovelas y miniseries que se toman, al parecer, como fuentes, en algunos casos sin tener un previo análisis, como el caso de la telenovela “La Pola”, que tras del hecho tiene carácter frívolo ; después de ver lo correspondiente a la Independencia, pasamos a la sala de federalismo y centralismo donde nuevamente los presidentes son la síntesis del país, y ¿dónde quedaron los postulados e ideas del federalismo y centralismo?, ¿Cómo influyo esto en el país?, ¿cuál fue el debate?, ¿fue esto lo que ocasionó tantas guerras?, ¿qué representan los cañones ubicados en esta sala?, ¿podemos decir que fue la causa de nuestro atraso social, económico y político?, ¿de ahí nuestra herencia violenta?, estas dudas se esclarecen con los libros más no en este museo. En la exhibición del siglo XX, empezamos con la Guerra de los Mil Días, la pérdida Panamá y sus particularidades, la consolidación misteriosa del partido conservador en el poder (no hay explicación de su permanencia en el poder), muerte de Rafael Uribe Uribe, y luego… adivinen… más presidentes, que por cierto no hablan mucho ni de ellos ni de la época. Ojo! Hay un vació ¿y la Masacre de las Bananeras?, ¿y María Cano?; acto seguido, más presidentes; y Gaitán, que se sintetizó en su asesinato y la destrucción de la ciudad, y ¿Quién fue él?, ¿Qué nos dejó?, si no se dice nada de él, ¿por qué es parte del museo?; luego, pasamos por el gobierno de Rojas Pinilla con el cual llega la televisión a Colombia (Sería bueno ver apartes de la primera emisión), el escritorio de Laureano Gómez y las aventuras de Alberto lleras Camargo en fotos, ¿será importante la exposición de fotos con los presidentes norteamericanos?; al encontrarnos con el Frente Nacional, hallamos un buen mural de prensa y la declaración de Benidorm, pero no sus consecuencias, que son claramente destacables: cerrar el sistema político y resumir la democracia en conservador y liberal.

No pedimos textos explicativos, densos y aburridos, pedimos formas pedagógicas y explícitas que traten a los hechos y procesos históricos de forma completa y con la seriedad que merecen, no queremos pensar que el museo tiene un sesgo ideológico al obviar procesos, momentos y personajes importantes. Salve aclarar que el museo no es el único culpable, el Ministerio de Cultura, encargado de suministrar recursos, no tiene o no quiere aportar a la memoria histórica y cultural del país. Entonces la pregunta sería: ¿En qué balas y helicópteros se están perdiendo los recursos?

Andrés Rojas
Tatiana Romero

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