15 jun 2012

Carta de renuncia de Daniel García-Peña





Querido Gustavo, 


Hace más de diez años he tenido el honor de acompañarte en las buenas y en las malas y creo que no me equivoco al afirmar que he sido uno de tus más fieles y cercanos colaboradores y compañeros de lucha. Es precisamente por la confianza y la lealtad que te tengo, como fruto de esa larga e intensa relación, que me veo en la obligación de hacerte las siguientes consideraciones con toda franqueza y respeto.

Estoy totalmente desconcertado con tu decisión de desvincular a María Valencia de su cargo como Secretaria del Hábitat.

Mucho antes de que a ti se te pasara por la mente la idea de ser alcalde, María llevaba años estudiando, conociendo y trabajando Bogotá, pero sobre todo soñando y construyendo una ciudad humana, ideal pero posible. Soy testigo de cómo María te enseñó el término revitalización y su diferencia con la renovación urbana tradicional; como te contó por primera vez quién era Le Corbusier y te ilustró sobre la historia urbanística de Bogotá antes y después de 1948; como te llevó de la mano para conocer las bodegas del barrio Santafé y te mostró con sus mapas de Google Earth qué era eso de la segregación socio-espacial y cuál debería ser la zona para el plan piloto de revitalización del centro ampliado. Recuerdo las arduas discusiones durante el empalme en las que María Mercedes Maldonado defendía la expansión en Usme, mientras fue María quien se opuso con vehemencia y te convenció con sus argumentos contundentes de las virtudes de la redensificación.

Desde el empalme trabajó intensamente, con entrega y transparencia. Poniendo de lado sus asuntos personales aceptó el cargo de Secretaria de Hábitat, a favor del interés general y se arriesgó a fondo (enfrentándose a los Tierreros, por ejemplo), logrando importantes avances como se reflejará en su informe de gestión y como lo saben las muchísimas personas que conocen del tema y tuvieron la oportunidad de trabajar con ella estos meses. Su presentación ante el Concejo Municipal del Plan de Desarrollo en lo concerniente a Hábitat fue calificado cómo la más clara y la mejor por muchos concejales, no sólo progresistas sino de diversos partidos incluyendo al Presidente del Concejo.

Te puedo asegurar, no sólo por sus cualidades profesionales sino fundamentalmente por su visión y compromiso con la construcción de una verdadera Bogotá Humana, que has perdido la mejor integrante de lo que sigue siendo un excelente equipo. Afortunadamente, su paso por la Secretaría del Hábitat no fue en vano ya que buena parte de sus sueños y su visión quedaron consignados como metas en el Plan de Desarrollo.

Pero mi desconcierto no es sólo por tu decisión, sino más que todo por la forma en la cual fue tomada. Tu sabes muy bien que María ni te pidió el cargo ni lo quería y que fuiste tu quién la convenció asumirlo, así como la convenciste lanzarse al Concejo con el argumento de que ella podría atraer las juventudes gaitanistas. Es cierto que su carácter fuerte contrasta con la obsecuencia que caracteriza a tanto funcionario ante el poder. También es obvio que como Alcalde tienes la potestad y toda la libertad para decidir quiénes deben hacer parte de tu equipo y determinar con quién te sientes cómodo o no para trabajar. Pero lo mínimo, por decencia, era tener la valentía de poner la cara, hablar con la persona, agradecerle sus aportes y no permitir que sean informados de sus despidos por los medios masivos de comunicación.

No se trata sólo de buenos modales ni de cuestiones de estilos. En la política, las formas son de fondo. No basta con tener los principios correctos ni la razón científica. Un déspota de izquierda, por ser de izquierda, no deja de ser déspota. La democracia no es sólo un ideal sino que implica prácticas de respeto y solidaridad, especialmente cuando se trata del uso del poder al servicio de la transformación social. La repetida impuntualidad no es nada distinto a un profundo irrespeto por los demás. La política del amor no es sólo una bella frase, sino un profundo replanteamiento de la política.

Eres de las personas más valientes, inteligentes y creativas que he conocido y me siento un privilegiado de haber aprendido y crecido tanto a tu lado. Gracias a tu valentía el país conoció las alianzas diabólicas de la parapolítica y Bogotá se alertó del carrusel de la contratación. Gracias a tu inteligencia y creatividad, convenciste en la campaña presidencial a Santos de la importancia de la tierra y las víctimas, fuiste el primer político en Colombia de hablar sobre el agua y los derechos de la madre tierra y hoy lideras a Bogotá Humana, una hoja de ruta que es vanguardia en América Latina y quizás en el mundo, encaminada a enfrentar los grandes retos de superar la segregación social, mitigar y adaptarse al cambio climático y fortalecer lo público.

Espero que seas capaz de utilizar tu inteligencia para reflexionar sobre las consecuencias del uso del poder y que acudas a tu valentía para reconocer errores y tomar los correctivos correspondientes, por el bien tuyo y del proyecto progresista.

Todo lo anterior me ha llevado a tomar la decisión más difícil de mi vida, pero quizá la más reflexionada, de presentar de manera irrevocable mi renuncia a la Dirección Distrital de Relaciones Internacionales, no sin antes agradecerte la oportunidad que me diste durante estos meses de contribuir a la proyección internacional de Bogotá Humana, tarea que hoy cuenta con un equipo de mujeres y hombres altamente calificados para continuar tan loable y necesaria labor.

No voy a apostarle a que te vaya mal, como irresponsablemente hacen muchos. Al contrario, necesitamos que tengas mucho éxito, por el bien de Bogotá, pero aún más por Colombia, que se merece una esperanza luego de tantas frustraciones, por que tu y yo sabemos que el futuro del proyecto de transformación democrática que nuestro querido país requiere, depende en gran medida de lo que suceda en Bogotá en los próximos tres años y medio.

Un fuerte abrazo,
Daniel

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